Domingo 14/10/2012 - Cuervos en Orientatlón Solís de Mataojo

 
Una vez más, Cuervito, Cuervón & Cuerviejo acudimos a una nueva convocatoria de Leo Yozzi, director de carrera. A propósito, Leo, ¿todavía te quedarán muchas camisetas amarillas 2011? Rossana se acuerda de vos cada vez que tiene que lavar alguna de ellas, se le entrevera bastante la cosa para saber de quién es cada una, ya tenemos ocho en total, todas idénticas, por supuesto. A simple vista se confunden, aunque en realidad la mía fue construída por licitación, por la misma gente que hizo la gloriosa bandera gigante de Peñarol. Ella no nos podía creer cuando le contamos por teléfono, apenas abrimos el "kit" que....."¿otra vez amarilla?"

Dejando de lado la monotonía de la camiseta, a pesar de sus gloriosos colores (pero ya está, ¿no?), pasamos una mañana espectacular. Ya de arranque temprano tuvimos que tirar un rumbo aún desconocido para poder llegar a Solís en hora. Cortamos por un balastro en diagonal hacia el pueblo, veníamos del este por la Ruta 9, con el tiempo justo, sin poder recorrer extensos asfaltos más rápidos pero mucho más extensos.

Pero llegamos en punto y aún la cosa ni arrancaba para recibir los preciados "kits". Apenas al comenzar la prueba nos dijimos, olvidémonos del tiempo esta vez, de la cantidad de PCs a recorrer, de la organización en notorio descenso, de todo éso, ¿ta? Bueno, vamos a pasarla bien y grabar en nuestras retinas todos esos paisajes escondidos de nuestro bendito país. Esta vuelta es para divertirnos y punto. Hablando de grabar, llevamos la mini-camarita por primera vez a una carrera, le cantamos, le bailamos y le mandamos saludos a todos.

Al otro día, Martín sufriría bastante cuando le pegamos esta camarita a su cometa, en una alocada prueba, y se enteró que allá arriba, a 50 metros de altura, para colmo sobre el mar, andaban volando las fotos y videos de esta prueba, aún sin descargar, en la micro SD de 8GB. Qué locura, arriegar así la super cámara pro-pro de 17 dólares de dx.com.

Volviendo a la carrera, bosquejamos entre los tres integrantes del Caffarena's Challenge una estrategia rápida contemplando cuáles eran los PCs que podíamos alcanzar de acuerdo a nuestras expectativas físicas actuales. Describimos un círculo sobre el mapa, casi rodeando el pueblo, todo el recorrido hecho hacia el este. Allí salimos trotando al primer encuentro de un cercano PC, siguiendo casi sin proponérnoslo a la muchedumbre. Nunca habíamos visto hacer cola de veinte personas para registrar un PC,era gracioso. De todas formas, atrás venía bastante gente, había unos cuántos niños esta vez.

No recuerdo en lo personal y mucho menos con mis "viejos" compañeros de equipo, haber cruzado tantos alambrados en una misma prueba, fue impresionante. Y siempre venían acompañados de alambre de púas, a veces dos hilos de púas más cinco y hasta siete comunes. Una prolijidad insoportable la de los lugareños, che...

Personalmente pagué consecuencia de ello con las suelas de ambos super-championes Reebok (los odio) super-livianos (demasiado) super-berretas (por suerte), para nada preparados para estas aventuras. Qué macana, me olvidé de mis Salomon de 170 dólares. Y Agustín también se olvidó de los suyos, corrió con unos Topper todos planos que ni te cuento. En cuanto a Martín, ni la marca podría describir.


Qué ordinarios, qué manera de estropear toda aquella fiesta, todo la gente linda con Salomon de aventura, todo calzas Nike, todo prolijito y estos tres terrajas con cualquier cosa en esos piecitos. Me hizo acordar cuando con el Equipo Orejano incursionábamos con las Winners en las primeras carreras de Jorge Beltrán que corrimos. Ho-rri-bles!!!

Y bueno, los Reebok los compré 2 x 1 hace como seis años, ya están más que pagos, aunque fue un error llevarlos. Martín se reía y no podía creer cada vez que yo les arrancaba una nueva porción de la suela y aún seguía en pie, e  incluso con el pie todo cubierto.


Recorrimos algunos balastros, pastizales, cultivos, algunos pocos arbustos y demás espinas -por suerte-. Alguna cañadita que otra también tuvimos que cruzar. Bordeamos algún tajamar, grandes zanjas inundadas y de paso nos trajimos un par de osamentas de oveja testimoniales. El barro imperaba en todas las zonas bajas, la tierra ya está atorada de recibir tanta lluvia primaveral.

El equipo llevaba menos carga en total que otras veces, sobre todo menos abrigo. Pero el botiquín siempre presente, aún recordamos el tajo de 35 cm de Agustín a poco de comenzar la edición anterior, sobre su cuádriceps.


Junto al botiquín, se mantuvo la brújula guardada en todo el recorrido, con los demás enseres "obligatorios" que nunca nadie te reclama. Vimos corredores solitarios sin siquiera mochila, parecía que estaban en una Nike 10k si no fuera por el mapa y pasaporte hecho un rollito.

No tuvimos ni que recurrir a la brújula, Agustín fue el navegante en diversos tramos, casi constantemente participó en las decisiones y nos guiamos perfectamente.

El punto de mayor dificultad fue ubicar un Puesto de Control de cuatrocientos puntos ("Alambrado sobre cañada", si mal no recuerdo). Hmmm...nada originales las señas para encontralo, jajaja...


 Y como quien interrumpe un camino de hormigas de un pisotón para borrar el rastro químico de éstas, llegaban a ese punto un sinfín de equipos y allí comenzaban a dar vueltas alocadas en todas direcciones, buscando el ya clásico "farolito chino" de cartón, color blanco y naranja. Terminamos siendo una multitud por allí, repartiéndonos las zonas para estudiarlas en detalle en busca de la maldita señal.


Al fín apareció y respiramos aliviados, era una infamia ir hasta allí, perder todos esos preciosos minutos y volverse sin esos puntos acreditados en el pasaporte. Luego fueron líneas de alta tensión, más alambrados, algunas taperas y árboles solitarios, los que albergaron los farolitos de Yozzi.

Martín debutó en el desafío de enfrentar un alambre electrificado, nunca le había tocado en suerte. Luego "vería" la electricidad en todos los alambrados inofensivos posteriores, jajaja...


De todas formas a pesar de su edad, se manejó con destreza para sortear los alambres de púas, en definitiva volvimos los tres a la civilización con mínimos raspones en las piernas. Lo más "grave" fue mi rodilla con un pequeño sangrado por pinchado de una púa. En definitiva era mucho más chorrete que tajo.

Luego de promediar la prueba y ver lo lejos que había quedado el pueblo de Solís en nuestro gran rodeo que ahora estábamos deshaciendo, paramos unos instantes a comer, en pleno descampado, entre alambrados, barro y bosta de vaca, todo a pleno sol. Obviamente todos nosotros sin protector solar en absoluto, quedamos bastante marcados por el Astro Rey. Lo que se dice, un padre inconciente.


Allí aparecieron barritas de cereales, sachets de Geles CarbUp (los "preferidos" de Martín, jajaja), papitas Lays, pasas de uva rubias La Abundancia y un par de Gatorades (azules, como siempre). Faltó la fruta, que pesa demasiado como para llevarla en la mochila para tan pocas horas. Ya mi propia mochila Salomon de 30lt es un verdadero estorbo, la compré demasiado grande como para usarla en ésto.


Arrasamos ruidosamente (sobre todo Agustín con las papitas) con todos los sólidos, documentamos como siempre con la camarita ese momento y seguimos al encuentro de los tres o cuatro PCs que aún restaban.

Al llegar al PC denominado "Victoria" -excelente nombre, Leo, como te dije-, recibimos el premio de meternos hasta las rodillas en el Arroyo Mataojo. Una bendición, a temperatura ideal. Allá adelante iba corriendo raudamente Martín a su encuentro, imparable, en la vanguardia de nuestro equipo. Ejercí la patria potestad que la ley me otorga y le dije que ni se le ocurriera adelantararse un metro más para meterse allí adentro. Pasé al frente, como buen padre protector y crucé un pequeño tramo del lecho hasta el propio PC, casi en medio del curso de agua, colgando de un árbol. Un fabuloso recodo del arroyo, con un oscuro y tupido monte que lo acompañaba aguas abajo.

Constaté que era una infamia que mis compañeros esperaran afuera en tierra firme y se mandaron nomás, con una sonrisa de oreja a oreja, una vez cursada la autorización correspondiente.

Ambos agradecerían luego la espantosa vaselina que les hice poner en ambos pies, apenas se habían levantado. No presentaban ni una sola ampolla, esas patitas brillaban al llegar a la meta y descalzarse, estaban impecables, contrastaban con el resto lleno de barro.

Casi al final en nuestro retorno al pueblo, Agustín propone bordear el arroyo, para ahorrar recorrido. En definitiva resultaron ser unos cuántos cientos de metros, evitando caer en la vulgaridad de transitar por el balastro, visible a media distancia. Y bueno, obviamente nos embarramos hasta la rodilla, con salpicaduras en toda la espalda, pero valió la pena y nos aportó a todos un tramo "técnico" extra en el recorrido. Agustín se destaca por su excelente orientación y Martín por su resistencia física, siempre pronto para correr algún tramo, hasta el final de la prueba.


Precisamente Martín también tuvo su oportunidad de marcar algún PC de puño y letra, y como era de esperar, nuestro pasaporte terminó todo lleno de rayones, bromas mediante: "Yo no fui, yo no fui"...como siempre...

Volvimos a ver el pueblo de Solís detrás de las últimas lomas, algunos tramos los hacíamos trotando, para adelantarnos a una posible penalización, pues andábamos al milímetro, con el tiempo justito, constantemente mirando el reloj del celular. Pero nada de ello evitaba que siguiéramos filmando y sacando fotos a la pasada. Se movía horriblemente esa filmación, hasta causar el vómito del televidente. Habrá que idear un punto de fijación en la mochila, o en el gorrito.


La recorrida estuvo sujeta 100% a nuestra planificación. Al final intentamos agregar un par de PCs más de poco valor, dentro del pueblo. Logramos registrar uno de ellos en la plaza principal, lo que nos valió setenta puntos más a favor y diez de penalización en contra, por llegar un minuto tarde. Pero valió la pena.

La llegada en tiempo y forma, Agustín constataría luego con Google Earth que hicimos un poco más de 14km. Arribamos bastante enteros a la meta, también bastante embarrados pero contentos.

Sin embargo y a pesar de todo, nuestras manos parecían estar más limpias que las que nos sirvieron los chorizos del almuerzo: "Querés mayonesa?"...."Nooooo, ni en cuete...dejalo así nomás, no lo toquetiés más con esas manitooooos"...

Computamos 2110 puntos, recorrimos trece Puestos, clasificamos en el octavo lugar de nuestra categoría (Padres e Hijos) de un total de veintiún equipos. El que ganó, marcó 2400  y el último, 1310 puntos.
Ufa, nos faltó agregar un par de PCs más!!! Como siempre, íntimamente guardábamos esperanzas de acceder al podio, un glorioso tercer puesto aunque más no sea, pero bueno...siempre las mismas caras "de elite" allí arriba.

Algo que nos queda como gran satisfacción es habernos comportado como un verdadero equipo en todo momento, los tres integrantes fuimos a todos los PCs juntos, jamás nos separamos más de unas decenas de metros entre nosotros. Obviamente nos consta que ésta no es una práctica muy común, tal vez en extinción.

Pero así debería ser hecho en este tipo de pruebas. Bueno, qué se le va a hacer...quedamos recontra calentitos con nuestra ubicación en el ranking, aunque fue muy apretada en puntos con respecto a los equipos de arriba. Esta vez se volvió muy competitiva esta categoría, reconocido por el propio Leo, que tuvo que afinar el lápiz para no equivocarse en las ajustadas cuentas.


En el transcurso de ésta e incluso de las otras ediciones anteriores, constatamos que los (niños y no tan niños) integrantes de algunos equipos se quedaban a descansar en puntos intermedios, mientras alguno se turnaba para acudir al encuentro de los PCs a cierta distancia de la parada de descanso. Incluso vimos, no nos lo contó nadie tampoco, algunos corredores con varios pasaportes. ¿Y ésooooo? Ah, ¿las damas quedaron retozando a la sombra, allá lejos? Y si, qué necesidad también de embarrar esas costosas calzas, ¿no?
 
Excelente !!!  Andá enseñándoles ya de chiquitos también a tus hijos a hacer "trampa". Viveza criolla, que le dicen, es inevitable. Si los adultos corren carreras de orientación con GPS de muñeca, ¿qué te vas a poner a joder con estos detalles menores de la participación infantil? No seas enfermooo!!!

Si, ya sé, te lo ponés para medir solamente lo que recorriste, como para saber al final....pero...no seas malo...usá el Google Earth....después...en tu casa...¿no te parece? Sacátelo, dejate de joder, se te va a embarrar al pedo...calculá el ritmo y los minutos transcurridos para saber lo que recorriste, buscá algo en el mapa que te indique, hacé como se hacía antes, como hacen los "pobres y/o tontos honrados", ¿no?


En el caso nuestro, jamás tuve que "empujar" a mis compañeros a acompañarme a un PC, al contrario, tenía que quitarles la ansiedad constantemente, para ahorrar sus valiosas energías. Se peleaban siempre por ver quién llegaba primero y lo podía registrar, o al menos leerlo antes que nadie. Y éso, como integrante de mi equipo y principalmente como padre, me deja más que orgulloso.


Me consta que más de un laureado atleta, o al menos asiduo integrante de este sub-mundo peculiar, fue acompañado por sus hijos y seguro que no puede sentir el mismo orgullo, porque no hizo nada de éso, tal vez ni parecido.

Y así se veían pequeños sin una sola mancha de barro, nada de nada, niños y niñas todos peinaditos e inmaculados, como para ir a un cumpleaños en Mc Donald's, con una suma de puntos importante en el pasaporte y grandes glorias, tal vez condecoradas alguna vez con más medallas o trofeos que nosotros. ¿Seremos tán giles?


Pero bueno, te felicito, lo importante para mí es lo otro, aunque realmente te recaliente en el momento, es inevitable. Lo fundamental debería ser lo que les dejás a tus hijos, no una medallita de m..... más que pasará al olvido rápidamente y que ni siquiera en este caso conmemoraban esta carrera. Ah, ¿cómo? ¿la IML hizo medallas de más y vos decís que el clavijo fue grande? Ah, perdón... Ta, no importa... ahora que nos quiten el barro y lo bailado sobre él, qué me importa.

Me olvidé de comentar que medias y Reeboks fueron directo al contenedor, con gran dolor. Y a pesar de esta lamentable desaparición física, ya estamos esperando la siguiente edición !!!

Prometo solemnemente ante esta Web, que también intentaré renovar el calzado de Agustín para la próxima.

29/04/2012 - Cuervos en Orientatlón Cerros Azules


El viejo Cuervo y sus Cuervitos -cada vez más rapaces- se dieron cita en una nueva edición de la Orientatlón, organizada como siempre por Leo Yozzi (www.orientatlon.com).

Habíamos quedado bastante calentitos con el error de puntuación en la edición anterior (figurando con 10 míseros puntos, contabilizando 300 menos), y más que nada con los errores propios (que ameritaron la quita de otros 900 puntos), en buena ley, por llegar fuera de la hora nominal, como le sucedió a diversos equipos. Casi habíamos agotado el tiempo extra penalizable, con la vertiginosa resta de puntos a medida que el reloj avanzaba.

Se nos unió Martín en esta edición, no había podido asistir a la primera por estar en campamento escolar.

Esta vez la planificamos algo mejor,  fue un lindo desafío y el resultado fue más que aceptable, nos ubicamos en el sexto lugar entre catorce equipos de la categoría padres e hijos.

Planificamos un recorrido básico tentativo de acuerdo a nuestras posibilidades físicas del momento, incluyendo determinados PCs de arranque y unos pocos más como alternativos, si todo pintaba bien en el momento de transitar cerca de ellos.

En definitiva recolectamos todos los previstos, unos y otros, completando un recorrido casi circular, sin mayores sorpresas.

Solo imperó el cansancio por la ausencia de entrenamiento y también el extenso corte que sufrió Agustín a los 2km de carrera, en una de sus piernas, el cual le ardió y molestó bastante durante toda la prueba. Estaban bravas esas Espinas de la Cruz (las "Jesuitas", dijera Martín). Cortamos camino por una diagonal a través de un monte medio tupido y Agus lo pagó, no valió la pena.

Recorrimos casi 16 km en 160 minutos, acumulando 2300 puntos esta vez. Luego, ya con la cabeza más fría, determinamos que el regreso fácil que planificamos por Ruta 9, nos quitó tal vez la posibilidad de sumar algún PC más y poder así trepar un poco en la clasificación, acercándonos al podio, para el cual prácticamente nos faltó un par de PCs más.

Quedamos con la sangre en el ojo (y en los cortes), son errores a contemplar y evitar en las siguientes ediciones.

Aventuras en las que seguramente estaremos al firme, dependiendo de que Leo Yozzi siga con ganas y tiempo de embarrarse ubicando esos remotos PCs para el entretenimiento de todos nosotros.

Es una excelente oportunidad accesible para incorporar a los más jóvenes a una variante que es desconocida por la mayoría de ellos. Y una vez que probaron, casi seguro que no largan.


Gracias Franco y Sra. por compartir la totalidad de este recorrido, compartiendo no solamente estrategias, sino también las alegrías y penurias que siempre surgen de este tipo de pruebas, que se repita!!!

En cuanto a la organización fue más que aceptable, si bien no brilló como en la edición anterior, cuidando hasta el más mínimo detalle. Tal vez nos volvimos un poco más exigentes, esperando algo más, basándonos en aquella aventura impresionante del 2011, en Pueblo Chico, con ningún detalle sin cubrir y tal vez mejor apoyo de los auspiciantes. A pesar de los días anteriores y la época del año, el tiempo volvió a acompañar una vez más a pleno sol en casi todo el recorrido.




Para acceder a las poquitas fotos y videos que captamos, hacer click aquí.


Sábado 23/10/2010: Ánimas 2010 - Seguimiento OREJANO on-line

HORA 15:10
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Cerrando la carrera, llega el equipo OREJANO a la meta. Según la Organización que los contactó, estuvieron varias horas perdidos. Esperaremos por conocer los detalles en las próximas horas, tendremos que ser pacientes. Ahora no llamamos ni locos, tras tantas horas de carrera y tantas peripecias, hay que aguantarse la curiosidad.

HORA 13:30
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Luego de 26 horas de competencia ininterrumpida, OREJANO es el único equipo en carrera que falta llegar a la meta. La organización manifiesta que están perdidos, pero que están bien.
Si, bien calentitos deben estar, jajaja...

HORA 11:00
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Diversos equipos van llegando a la meta, otros quedaron descansando en PCs anteriores, luego de abandonar. No hay aún noticias sobre la suerte del equipo OREJANO.
CHIPS abandona la pelea, junto a MOMIAS, derrotados por el PC 16.


HORA 07:00
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OREJANO seguiría buscando el PC13, según la organización, mientras que CHIPS intenta localizar el PC16.


HORA 05:00 - 06:00
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OREJANO está buscando el PC13, según lo que informa la organización. Están algo perdidos pero están ok, son lo únicos que faltarían pasar por el PC13. Suponemos que son los últimos que podrían hacer el recorrido completo, los demás que vienen dentrás ya tendrían el recorrido cortado.


HORA 02:04
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El equipo CIMARRONES, constituido por los amigos Leo Yozzi y Pablo Lapaz llegan a la meta, son los ganadores de la general, con recorrido completo. Felicitaciones !!!


HORA 18:30
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A 7 horas de la largada, el Equipo Nº 6 OREJANO, integrado por Diego González y Gabriel Aramburu aún están posicionados dentro del pelotón de los equipos de avanzada, en la posición 17, manteniendo una gran ventaja sobre el resto de los expedicionarios que vienen bastante detrás.

Una foto del Twitter on-line de la organización los muestra comiendo y descansando en el PC7, ya a punto de arrancar nuevamente para comenzar a enfrentar la noche en medio de las sierras. La verdad, una experiencia totalmente envidable, hay que ser nabo para no estar allí !!!! O no tener un mínimo de entrenamiento !!!! Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr !!!!!!!!!!!!

Acabamos de mantener un contacto telefónico con ellos, estaban muy bien de ánimo, plenamente concientes de que ésto recién comienza.

Siendo casi las 19:00 ya se dan los primeros abandonos en el PC4, los equipos de la vanguardia ya están transitando por el Abra de Castellanos o quizás intentado llegar a ella, para dirigirse a los PCs del este de la sierra.

Desconocemos el resto de los PCs, pues en la precaria foto que publicaron del circuito se ve solamente hasta el PC8 y luego 13 y 14.

Sea como sea, van a recorrer y conocer piedra por piedra toda la Sierra de las Ánimas !!!

Ampliaremos...

ISO Monte Ánimas 2010 - Éxito total - Todos ilesos

(la mayoría son obtenidas por Victorio, muchas gracias !!!)

Los diez expedicionarios nos reunimos en Pando , sobre las 22:45 del viernes 01/10/2010, para partir hacia el Abra de Castellanos, vía Solís de Mataojo, tal cual estaba previsto a último momento.

Luego del reacomodo de los autos al llegar a través de unos caminos de balastro siniestros, máxime a esa hora, logramos dejar uno al inicio y otro al final de la travesía.

Terminamos partiendo desde la portera de la zona de pruebas del Ejército Nacional sobre la 01:00 AM del sábado, con una lluvia persistente que comenzó precisamente al inicio de la aventura y que luego nos acompañó inseparable, casi hasta el amanecer. A esta altura la lluvia en la noche es algo cotidiano, no falta nunca. Qué la parió !!!
Carteles y advertencias varias, restos de campamentos militares recientes, casetas de práctica de tiro, tanques de combustible abandonados y dispuestos como posibles objetivos, todo fue poco respetado a nuestro paso. Por momentos, con el viento en contra al ascender, venían ráfagas de alcohol en el aire, el cual fluía de nuestros recipientes de bebida energético-espirituosa.

Tampoco se tomó especial conciencia del hallazgo de cierta cantidad de cápsulas de proyectiles de alto calibre que vimos y por supuesto recolectamos, granadas -supuestamente de humo y supuestamente ya utilizadas-, y unas cuántas decenas de metros de mecha por doquier, usadas y no tanto. Tomamos un par de metros, como para ayudar a encender un fuego más tarde, quién sabe, no? Ya veníamos con malos antecedentes al respecto y otra vez la lluvia, para colmo.

Y los muchachos de verde habían visto pasar los dos autos juntos una y otra vez por delante de sjus narices, de su campamento sobre el balastro de entrada. Apenas se recortaba la silueta de las tanquetas y las carpas militares en la penumbra. Increíble verlos allí, "¿Justo hoy de maniobras, muchachos ?" Nosotros ibámos y veníamos con los autos por delante de sus narices.
Pero no tuvimos ningún problema. Nadie nos fue a interceptar para sacarnos de allá dentro, ya situados en el propio corazón del Abra de Castellanos.

Mucho frío y lluvia, obviamente no les daba para tirarse hasta allá por tres nabos. Esos locos de los autos que andaban por allí seguramente estarían perdidos, no irían a meterse en la boca del lobo y mucho menos a esa hora.

Nuestras "maniobras" no podrían ser premeditadas. Y bueno, se confiaron. Y así de esta forma también se puede llegar a perder una guerra.

Nos colamos por el flanco norte de su defensa, incursionamos en su territorio con nuestros machetes y banderas en alto. Sedientos de victoria -y de un poco de vino-, una vez dentro del monte, ya era tarde para reaccionar.

Solo el helicóptero del Pepe podría haber intentado alguna defensa o siquiera detección de nuestra incursión.

Una liebre y un zorro intentaron detenernos ya casi al inicio sobre el balastro, pero veniamos como un cohete ambos bólidos, con demasiado retraso como para siquiera parar a saludarlos. Salvaron sus vidas de milagro y nada más.

Rumbo a la -maldita- cumbre del -maldito- Cerro Cueva del Tigre, recorrimos zonas de prueba de explosivos, esquivando cráteres que apenas asomaban en la oscuridad, entre una infinidad de rollos de mecha, lingas de acero, rastros de explosiones sobre las propias rocas del cerro, etc.
A las 02:00 AM dejábamos las construcciones derruidas por tanto disparo y explosión. Y luego, ya más cerca de la cumbre del cerro, todo aquello estaba muy inestable. A nuestro paso caían pequeñas rocas entre los riscos, las cuales demoraban interminables segundos en tocar el fondo de quién sabe qué. Cada pasaje de una roca a la otra era toda una aventura en sí. Cada uno de nosotros lo resolvía con una pirueta distinta. Manos y pies al máximo, cuidando el resbalón hacia quién sabe donde, dentro de esos oscuros huecos.

Una sensación increíble, máxime a las 3:00 AM y todavía lloviendo, como siempre.
Muy resbaloso, ventoso y con una incertidumbre total de por dónde subir. Tal fue así que prácticamente en el tramo final, cada uno de nosotros decidió trayectorias separadas. Nos reunimos allá arriba nuevamente, íbamos llegando en pequeños grupos, hasta donde se pudo subir y rápidamente iniciamos el descenso para el Cerro de Aguiar. La lluvia y el viento no invitaban a quedarse más rato quieto.

Mucho monte, con idas y vueltas, lluvia, espinas, viento frío, siempre circulando a machetazo limpio y muy al final, por algún claro reducido, intercalado entre monte y monte. Seguro que en futuras actualizaciones de Google Earth, figurará el rastro de los nuevos senderos que hemos creado para beneficio de toda la humanidad.
El cielo estaba tan encapotado que a pesar de respetar casi al unísono la orden de apagar todas las luces, nos costaba unos cuantos segundos divisar las demás cumbres vecinas como para enfilar hacia ellas, para no tener que sacar -y mojar- nuestros mapas y brújulas.

Diego ya conocía bastante el terreno desde la semana anterior, los destinos los tenía claros, simplemente ahora variaría un poco por dónde los abordáríamos, con respecto a su travesía anterior con Gabriel.

Llegamos al fin a la parte despejada de la base del Cerro Aguiar, luego de trasponer uno de los dos peores capítulos de la aventura, este era el primero: El monte nocturno entre esos cerros, el Cueva Del Tigre y el Aguiar.

Algunos subimos a la cima, otros quedaron a media altura, sobre un alambrado. El frío había comenzado a hacer estragos. Nadie podrá saber qué hubiera sido preferible, si quedarse a aguardar el regreso por unos cuarenta y cinco minutos, o tirarse hasta la cumbre, pues frío hacía en todos lados y en ambas opciones.

Abajo al quedarse quieto -transpirado por dentro y mojado por fuera- debe haber estado tan espantoso como al mantenerse subiendo, en movimiento pero con un viento helado bastante mayor.

Luego de despertar bruscamente a unas cuantas vacas que increíblemente dormían en la propia ladera empinada del cerro, tal vez buscando abrigo del viento, llegamos a la cumbre, apagamos nuestras luces y allí Diego nos indica que no era así: atrás nos esperaba otra cumbre, la verdadera.

Cerro traicionero, no se dejaba ver de una nomás, mucho menos a esa hora. Apenas habíamos ascendido, aparecieron las luces de Solís de Mataojo y también las inconfundibles del cinturón luminoso de Punta Del Este. Pero al rato de seguir ascendiendo todo desapareció, las nubes quedaron debajo nuestro, lo que nos provocó una curiosa sensación de aislamiento, ya no se veía nada, ni siquiera las luces de nuestros compañeros allá bajo. En definitiva, ya la primer cumbre los había tapado. A ellos y a nosotros. Por ello, la interrupción del minucioso seguimiento de ellos los hizo pensar que estábamos bajando el cerro por el otro lado. Tenían que ser pelotudos estos locos allá arriba, ¿no? Noooo, nada que ver.

Recordamos especialmente el pasaje de partículas húmedas delante de nuestras luces, era como una llovizna horizontal minúscula, de aspecto muy curioso al pasar delante de nuestros leds. Seguramente eran las propias nubes que nos estaban cruzando, guiadas por un viento constante.

Volvimos a bajar casi a ciegas, por caminos que no coincidían con los del ascenso, hasta lograr divisar las salvadoras luces de nuestros compañeros, bastante apartadas del camino que naturalmente hubiéramos tomado por sí solos para regresar a ellos.

El ánimo general ya había bajado muchísimo por el viento, la lluvia y el plantón. No quedó claro por qué nos separamos, por qué algunos subimos y otros no, casi sin hablarnos.

Las consecuencias de un día de trabajo normal con un cierre de jornada anormal, también hacían estragos, con bostezos cada vez más frecuentes.

Al rencontrarnos decidimos parar por allí a comer algo, una fast-food, nada de asados ni chorizos ni nada, cada uno se arreglaría con lo que se trajo. Diego y Fernando abrieron una madriguera en medio del cerrado monte, pues en las zonas despejadas no se soportaba el viento frío de las sierras.

Intentamos un pequeño fuego allí mismo, dentro del monte, la no propagación estaría asegurada, llovía incluso dentro del propio monte. Al mover las ramas para extraer ramas secas, como combustible inicial, nos empapábamos aún más.

Y en definitiva logramos prenderlo, con un "Observador" del lunes, un par de envoltorios de barritas, una bolsa de papel de panadería, cuatro metros treinta de papel higiénico y ciento setenta y dos ramitas casi verdes y completamente húmedas.

Aquello era más anímico que físico, la llama daba un poco de fuerza al espíritu, aunque también salía bastante vapor de nuestros pantalones y guantes muy próximos a la pequeñísima hoguera.

Alimentamos con algunas ramas de mayor calibre, que no abundaban. De esta forma se mantuvo encendido un buen rato, a pesar de los movimientos bruscos de ramas dentro de la fogata que algunos intentaban. Como el More, buscando obtener quién sabe qué objetivo.
Y con el fin del fuego -orín mediante- se terminaron algunas otras cosas, como por ejemplo la integridad del contingente. Hubo algunas discusiones, intercambio de ideas de qué hacer, hasta que en definitiva se resolvió que algunos integrantes retornaran al primer auto con las llaves de ambos, para recuperarse del frío y del sueño. Y de paso reunir ambos vehículos en el tan lejano, a esa altura, punto de llegada pactado.

Opiniones de seguir tal cual lo previsto, con Diego a la cabeza. Opiniones de cortar ya, con Franco pregonando "Diegoooo...sacame de la montaña....vamos pal' Celta, dejate de cosas...."

Opiniones intermedias, dubitativas, de Victorio y quién suscribe, en medio de los dos grupos polarizados.

Siendo las 06:00 AM aproximadamente, se vuelven cuatro: Franco, los Pablos y Jóse, uno de los tres amigos que trajo engañados Pablo Ch. mediante quién sabe qué verso. Por otro lado siguen firmes adelante Diego, Fernando, el "Cabeza I", el "Cabeza II". Victorio y Daniel -los más veteranos en edad- dudan, esperando decisiones mutuas, al final ambos se vuelcan a seguir.
Quedaríamos seis por un lado y cuatro por otro, con rumbos ahora contrarios. Ambos grupos con mapas, brújulas y sendos GPS, como último recurso que en definitiva nunca utilizamos. El que lo encendía obviamente quedaba automáticamente descalificado, suspendido y descertificado ISO por seis meses. Se llevaron solamente como emergencia y eventualmente para identificar/ratificar alguna cima de noche, ingresando las coordenadas de cada cerro a visitar, las cuales llevábamos impresas en una planilla en papel.

Pero no fueron necesarios en ningún momento, casi ni siquiera utilizamos las brújulas, el rumbo estaba bastante claro aún en la oscuridad, lo que estaba turbio era el tránsito de por dónde exactamente tomar en cada tramo que iba de una cumbre a la otra.

A los cuatro autorescatados les esperaría un pesado camino de regreso. En definitiva aparentemente no lo fue tanto, antes de las 08:00 AM ya estaban listos para transportar el Celta hacia el punto final, junto al Gol, que nos esperaba allá lejos, desde la madrugada anterior.
Mientras tanto, con un montón de dudas para alguno de nosotros, salimos en busca de la cumbre del Cerro de las Lagunitas, el cual se mostró bastante hostil, en algunas partes hubo que ayudarse con un alambrado que subía hacia la cima, el trayecto era bastante empinado y pedregoso.
Ese primer gran cerro, el primero diurno, constituía personalmente lo que Fernando Parrado vivió cuando escaló la primer montaña junto a Canessa: una incertidumbre total de lo que vería del otro lado de ésta.

Para él, resultó una interminable cadena de montañas nevadas, en vez de los verdes valles de Chile. Para nosotros, resultó una increíble sucesión de cerros enormes casi pegados, desafiantes, en vez del VW Gol abajo en la planicie, hasta con sus valizas encendidas, como saludándonos.

Esta escalada fue hecha mientras amanecía, rodeada de un escenario peculiar. No se amanece muy seguido en este tipo de entornos, por ello resultaba obligatorio mirar a los costados constantemente para no perderse todo aquello, aún a riesgo de volver rodando cerro abajo y luego tener que volver a empezar.
Alcanzamos y superamos la cumbre, filmamos, sacamos fotos y seguimos, con un viento frío lateral que se hacía sentir y comenzaba a secarnos casi por completo nuestra vestimenta castigada por la lluvia de la noche.

Luego fuimos en busca del Cerro Dos Hermanos. Lo superamos sin mucho para comentar, el terreno mejoraba sustancialmente, solo pastos, yuyos pequeños y mucha piedra chica y mediana.
Recordamos el hecho de divisar hondos valles increíbles entre los cerros y la imponencia del Cerro Tupambaé, próximo rival que aparecía allí detrás de éste, como esperándonos. "¡¡¡No me jodas que vamos a subir ése!!!"

El Tupambaé parece ser el hermano mayor de todos los cerros de la región, solamente superado por su padre, el Cerro de las Ánimas, claramente identificable a nuestro frente, al sur.

Volvimos a bajar y luego subir a una cima intermedia -la cual no aparece identificada con un nombre en el mapa- para luego ir por el Tupambaé. ¿Acaso sería el otro hermano que faltaba?
Impresionante el Tupa desde dónde se lo mire. También era impresionante divisar allá atrás los cerros ya recorridos. Parecía mentira dejarlos atrás relativamente tan rápido, sobre todo pensando en las penurias del tránsito de la noche anterior.
Ingerimos algún gel para recargar los gemelos que acusaban algo de dolor por el esfuerzo y allá fuimos, con distintos ritmos cada uno, algo separados, a coronar los cuatrocientos setenta y pico de metros, del hermano mayor, un montón de pasto, yuyos y piedras como si hubiesen sido desparramadas prolijamente desde la cumbre con un helicóptero.
Llegamos a la cima, al techo de nuestro teatro de operaciones, la vista era única, parecía que se veía casi todo el Uruguay desde allí.

Prácticamente de un lado nos llegaba el olor a coliflor desde Botnia y del otro, el olor a lobo desde el Cabo.

Más fotos, videos y observamos las curiosas formaciones rocosas (¿indígenas o alienígenas?) de la cumbre, un territorio bastante plano y reducido para semejante cerro. ¿Acaso los parientes celestiales del Vampi ya habían estado allí en glaciaciones anteriores? Fue donde más nos detuvimos, el sitio lo ameritaba. Un lugar seguramente con gran energía.

Comenzamos el descenso por el lado opuesto, como lo veníamos haciendo con los tres cerros anteriores, para ir a enfrentarnos con nuestro siguiente rival, el desconocido Cimarrón.

Allá abajo nos esperaba, con un entorno al parecer bastante más complicado, haciendo honor a su nombre. El hecho de bajar y volver a subir tuvo alguna dificultad mayor que los anteriores, hubo que hacer un rodeo, seguir los rastros del ganado allí presente, el cual parece ser bastante hábil para elegir el descenso, para luego poder comenzar a trepar nuestro último cerro.

La vista del Tupambaé a nuestra espalda era impresionante, costaba creer que estábamos allá arriba hace tan solo unos pocos minutos. Ya estábamos coronando nuestra séptima cima, tal cual lo acordado de antemano. Espectacular !!!

A diferencia del anterior, la cima del Cimarrón si bien era más baja, resultaba interminable, se extendía a lo largo, hacia el sur. Y todo está hecho por la Naturaleza con un propósito, ese cerro fue concebido así para aumentar la intriga de cómo bajarlo. Demora en mostrarte el terrible monte que lo rodea detrás, terreno que nosotros deberíamos recorrer en su totalidad para llegar al auto.

Para Diego este cerro era también desconocido, pues con Gabriel la semana pasada fueron directo del Tupambaé hacia el Cerro de la Virgen por un recorrido inconcebible, que apenas se lograba divisar desde allí en el horizonte. Una locura.

A nuestra izquierda, aparecía este cerro, el cual verdaderamente parece ser tres cerros juntos, dos menores a los costados y uno más alto al medio, con la supuesta virgen que algún día visitaremos seguramente. Y por supuesto, tendrá que ser de noche.
Antes de iniciar el descenso del Cimarrón, Diego verifica la posible posición de los autos, supuestamente ya estarían juntos. Por el momento no quisimos llamar a los demás para no despertarlos. Diego aseguraba que los autos se encuentran en un cruce de caminos muy distante de nosotros, imposible de calcular, tal vez a dos o tres kilómetros en línea recta, cerro abajo.
Estudia un poco la situación observando el entorno y nos asegura que los autos estaban precisamente allí, hecho que era imposible constatar visualmente, ese punto estaba muy lejos. Y así emprendemos el descenso, por un monte que comienza a mostrarse y complicarse, sin senderos ni trillos de ningún tipo. Tampoco era propicio para que el ganado nos hubiera abierto caminos, aunque sea de unos pocas decenas de metros, para ahorrarnos un poco de machete.

Gracias a una llamada de Victorio a Pablo, para que éste moviera su auto para adelante y para atrás, logramos distinguir un puntito negro que se movía, precisamente en el lugar pronosticado por Diego. Un lujo.

En ese momento les comentamos que ya íbamos para allí, que en un ratito estaríamos llegando, que miraran hacia el sol que nosotros bajaríamos de ese cerro, apareciendo desde allí. Y ese ratito se transformó en dos interminables horas, transitando un tupido monte donde el reloj se detuvo y la luz del sol casi desapareció. En medio de esa vegetación, no se sabía si eran las nueve de la mañana o las seis de la tarde.
Idas y vueltas, abriéndonos paso a machetazo limpio en manos de Diego o Fernando, avanzando a veces casi en cuclillas, haciendo equilibrio, quedando atrapados por zarzas, arbustos espinosos, etc.

Un alambrado que bajaba desde el cerro en diagonal, iba directamente hacia los autos. Éste fue nuestra guía permanente. El tránsito siempre fue muy dificil junto a él, este monte constituyó nuestro segundo y último gran escoyo de la aventura.

Casi al final, a punto de perecer sepultados en el olvido debajo de tanto yuyo, optamos por cruzar al otro lado del alambrado, en busca de unas rocas que sobresalían apenas de entre la maraña de arbustos. Sobre ellas debería haber menos vegetación. Y así lo fue, aunque en parte, además ahora se agregaba la complejidad de tener que bajar en escalones.
Dimos con una cañada que formaba una pequeña cascada escondida, donde aprovechamos para parar a comer algo y enfriar la cabeza, recuperar la calma y poder ver mejor por dónde íbamos a salir.

Seguimos la cañada aguas abajo cruzando a una y otra orilla, siempre intentando contactar algún sendero, en vano. Luego volvimos a cruzar nuestro alambrado guía y al final se produjo el milagro: salimos a un claro, sobre suelo ya horizontal.

Era un sueño, de allí a los autos fueron tal vez un kilómetro y medio más, pero pasó volando era un placer transitar por allí después de tanto monte. Solamente una última cañada fue la última complejidad, como despedida de la zona.

Nos rencontramos todos en los autos, algunos nos cambiamos de ropa, otros durmieron un rato sobre el propio balastro, charlamos, descansamos, tomamos algo, etc.

La aventura terminaba, Diego dormía un rato, pues luego encararía en solitario la recuperación de su campera en el lejano Cerro de la Virgen, que había extraviado la semana anterior. Nos dejó en el Peaje Solís y se volvió otra vez a los cerros con un espíritu a toda prueba.

Terminó recorriendo descalzo la cumbre. Las ampollas por esta travesía y la de la semana anterior le hicieron pasar a modalidad ojota, y luego la rotura de éstas en el barro, lo llevaron directamente a modalidad charrúa.

Fueron cuatro horas más de aventura adicional, en solitario, sin haber encontrado la famosa campera. Quedará para otra vez.

Una linda despedida nos dio ese Cerro Cimarrón, con su ladera completamente cubierta con un monte descendente, sin ningún tipo de caminos ni senderos, ni trillos de ganado, nada.
Estaría buenísimo plantearse una nueva travesía pero al revés: intentar subir ese cerro por allí mismo, por ese monte y por supuesto....."de noche"...

Recorrer esas cumbres de madrugada en orden inverso, para terminar en el maldito Cerro Cueva del Tigre en horas de la mañana, para volver a verse cara a cara con él, pero a la luz del día.

El Betete será impenetrable, obviamente se debe agravar aún más intentándolo de noche y por fuera de los caminos turísticos, pero nos quedó claro que el Cimarrón no se queda muy atrás.
Allá arriba, en la fría, ventosa y tenebrosa cumbre del Aguiar durante la madrugada, juré que ésta sería mi última "ISO MONTE", pero ahora que lo vuelvo a rememorar, me parece que el juramento se me va al c........
Imposible traerse todo lo visto en fotos o videos, mucho menos poder plasmar las experiencias y sensaciones nocturnas. Un lugar increíble, da para volver más de una vez.

La mayoría fueron tomadas por Victorio, hizo una excelente cobertura gráfica. Su rostro aparece en unas ciento ochenta y cinco fotos, con ciento ochenta y cinco paisajes diferentes de fondo.

En breve proporcionaremos también algunos videos que pudimos captar durante la etapa diurna.

Recertificación "ISO MONTE 2010": Etapa Ánimas

Este viernes 1º algunos volveremos a certificarnos y otros a recertificarnos de acuerdo a la Norma ISO MONTE.

Obviamente será de noche, cumpliendo con los más altos estándares de la tozudez humana.

Nuevas presencias y también ausencias; se baja el Gaby, por tener que atender importantes asuntos impostergables y aparece el "More", entre otros, en busca del ansiado y postergado pergamino.

El Seba también se queda por el cambio de hora. Pelotudos, justo se les ocurre cambiar la hora este fin de semana !!! No costaba nada consultarnos...

Algún amigo más, entre ellos tal vez venga Victorio, aportando su madurez y su temple entre tanto anormal suelto.

Y las caras de siempre, de las que no pueden faltar, Diego, Franco, Pablito Chaer, Fernando y quién suscribe.

Gaby, se te va a extrañar...pero bueno, algún fin de semana tenés que parar un poco en tu casa !!!

También surgen nuevos desafíos, nuevos cerros, con corrección de errores anteriores y por supuesto también con nuevas metidas de pata (en el agua, obvio).

Lo que es agua, auguran bastante, así que nuestro nuevo "teatro de operaciones" (literalmente lo es) se vestirá de gala con sus mejores barros y cañadas por doquier, para salir a nuestro acecho con lo mejor de lo mejor.

Lo zona a burlar será un conjunto de cerros que pertenecen a la cadena sur de la Sierra de las Ánimas.

La recorreremos de norte a sur, comenzando en el Abra de Castellanos, una de sus puertas de entrada, tomando rumbo sur por uno de sus brazos, para coronar el Cerro Cueva del Tigre.

Con un ida y vuelta hacia el noreste, iremos a visitar al Cerro Aguiar, cita obligada del recorrido.

De allí volveremos al sur para ir al encuentro del Cerro de las Lagunitas, luego ascenderemos a los Cerros Dos Hermanos, Tupambaé y Cimarrón.

Qué fácil resulta contarlo, como si todo se tratara de unas tristes lomitas, já!

De este último cerro aún no tenemos ni pálida idea por dónde bajarlo, para poder volver a la civilización, lograr retornar al camino de balastro que nos conduce a Gregorio Aznárez.

Luego se plantea una segunda etapa, ir hasta el Cerro "X" en busca de la campera de Diego, que allá nos está esperando, desde hace unos días.

Diego y Gabriel estuvieron por allí precisamente la semana pasada (¡¡¡???!!!), o sea que ya están recontrarecertificados ISO MONTE, todo hecho como previa a su actuación en los 100k de la Sierra de las Ánimas. Seguro que cuando llegue el momento, lo harán mayoritariamente con los ojos cerrados, en piloto automático, jajaja...

Por razones de seguridad no especificamos por ahora cuál es el cerro, obviamente, no sea cosa que nos larguemos como unos nabos hasta allá y la famosa camperita sueca ya no esté. Hay que orar, tener fe, y en ese tema, ese cerro seguro no nos puede fallar. Vos me entendés...

Otra vez 9 ó 10 expedicionarios nos haremos al camino, aunque esta vez todo el tránsito será en conjunto, en un solo contingente, salvo que surja alguna improvisación en el momento, para condimentar aún más la aventura.

La travesía se iniciaría con un recorrido por ahora secreto, por razones de seguridad nacional. Lo único que podemos adelantar es que nuestra idea es no generar más cráteres de los que ya hay por allí ni tampoco rellenarlos con nuestros cadáveres frescos y humeantes.

La locura se disparó, ya no hay marcha atrás, comienza la cuenta regresiva, la preparación de mapas, luces y demás pertrechos.

La alimentación sólida variaría sustancialmente, no así la líquida, que es intocable.

Ahora, la ingesta sería tipo "gurka", de supervivencia pura, cada uno se las arreglará como pueda, nada de asaditos, choricitos, hamburguesas maracas ni demás mariconeadas. Si querés carne, andate a un carrito en Pan de Azúcar.

Ampliaremos...

ISO Monte 2010: Segunda y última parte del relato

Desde este link de Divshare (archivo PDF de 2MBytes), puede bajarse la última parte (II) del relato de la ISO Monte 2010, llevada a cabo en Aguas Blancas, el 13 y 14 de Agosto.

Por supuesto ya estamos preparando (¿¿!!??) la próxima, para setiembre o a más tardar, en octubre.

Plazas limitadísimas, hay que anotarse a la brevedad, presentando la constancia de RedPagos respectiva.

Porque en cualquier momento arrancamos a organizar algo más en serio e incluso a cobrarles.
Cuánto más se cobre, mejor organizado pintará de antemano, hay que cuidar la reputación de la prueba.

Total, por una carrerita de mierda que no te dan nada o casi nada, te afanan mal, con una amable sonrisa a la hora de largar. Clinc, caja !!!

Y en esta aventura casi no se te va a dar de comer, seguro pasarás hambre, bastante hambre, pero algo de beber siempre habrá, aunque no es seguro que te hidrate, sino efectivamente todo lo contrario.

Y también es seguro no te vas a aburrir, o capaz que ni te vas a dar cuenta, por caer inconciente al poco rato de largar.